martes, 23 de octubre de 2012

En tierra de los basoto

Montañas omnipresentes en Lesoto

Bienvenidos a Lesoto, el “reino mágico de las montañas”, el hogar del pueblo basoto, el país más alto del mundo (considerando que su punto más bajo, 1.300m de altitud, es el mas alto del planeta) y, sin lugar a dudas, el más auténtico de los lugares que haya conocido desde que comenzara a explorar África.

La cerveza nacional sólo se puede probar en Lesoto
Lesoto, rodeado en su totalidad por territorio sudafricano, con una extensión de 30.000 km2 y una población de apenas dos millones de habitantes, es el más pobre de los países de la región, pero es testigo de una Historia rocambolesca y casi increíble que le ha permitido no sólo seguir independiente a pesar de la amenaza de su vecino sudafricano, sino también mantener con orgullo sus costumbres ancestrales y un modo de vida que, en ocasiones, parece ciertamente medieval. Según me dijo un guía turístico que conocí hace unos días, “el único motivo por el que los ingleses dejaron a Lesoto ser independiente fue porque no encontraron nada de valor allí”. Y, si por “algo de valor” no entendemos cultura e historia, efectivamente Lesoto no es un país rico. La mayoría de los basotos viven de la agricultura y la ganadería y unos pocos empiezan a hacer algo de dinero con el turismo. Reconozco que he visto en Lesoto técnicas agrarias que antes sólo había visto en películas, como el uso de bueyes y yuntas tirando de un rastrillo para arar la tierra.
El pastoreo es la forma de vida de la mayoría de los basotos

Los basotos, que hablan el idioma sotho, nunca sufrieron la política del Apartheid de su vecino, por lo que los dos mundos que he visto en Sudáfrica no son tales aquí. Y, como consecuencia, el trato con el blanco y el extranjero es muy cordial. De hecho, podría decir que es el país más hospitalario y cercano que he visitado en el sur de África. Esto no riñe con su orgullo como nación, su conservación de costumbres y la preservación de una cultura patria. Por ejemplo, el uso del manto basoto (una manta de lana sujeta con un imperdible y que hombres y mujeres se colocan de manera diferente) que la mayoría de los habitantes no urbanos del país visten en su día a día para protegerse del intenso frío.

 
Muy poco a poco Lesoto se abre al turismo
Y, sobre todo, Lesoto es el país de las montañas. La mayor parte del país está por encima de los 2.000 metros y la cordillera Drakensberg ocupa toda la parte este del país conformando la frontera con Sudáfrica. Como dije, de todos los países del mundo Lesoto tiene el punto inferior más alto y la montaña Thabana-Ntlenyana (3.482m) es la más alta de África después del Kilimanjaro. Se mire donde se mire, en cualquier parte del país, uno puede ver montañas a su alrededor, lo que le permite ser un privilegiado lugar para la escalada, el trekking, el esquí (tienen alguna pista en el interior del país) o los paseos en pony (uno de los animales más importantes del país). El agua se puede considerar la mayor riqueza del país y, de hecho, con el apoyo de Sudáfrica (que necesita el líquido elemento proveniente de Lesoto) se ha llevado a cabo en los últimos años vastas obra civiles para el aprovechamiento del agua de las montañas, entre ellas algunas presas descomunales.
 
Probablemento, la gente más hospitalaria
del sur de África
Lesoto no es un lugar fácil, ni mucho menos, para el turista. A veces parece que uno llega aquí por casualidad, pero una vez dentro es complicado salir: en parte por las difíciles condiciones de vida y de transporte, en parte por el encanto de un país aislado por su propia geografía. Fuera de casi todas las rutas turísticas que recorren el sur de África, Lesoto es una isla en tierra en la que el viajero sentirá la dureza y la belleza de un modo de vida muchos muchos años atrás en el tiempo.

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