El Parque Nacional de Etosha, en
Namibia, es con justicia uno de los más conocidos de África. Si, es
cierto, no he visto ningún otro parque durante mi viaje y jamás
antes había ido de “safari”, pero tres días en Etosha me bastan
para estar seguro de que El Rey León, si no fuera porque son dibujos
animados, se habría filmado en Etosha.
La señora Cebra, omnipresente en Etosha |
Porque aquí estaba Simba, sin duda, al
que vi una sola vez rodeado de algún primo
suyo, macho, y de cinco leonas más. Holgazaneaban bajo la sombra de
un árbol, esperando quizá más refuerzos para intentar algo de
caza, o quizá reposando la comida resultado de un ataque que yo me
perdí. Al parecer el león come (o caza) cada quince días, y
mientras tanto es quizá uno de los animales más vagos que existan.
Y allí, cerca de la manada de leones,
estaba también el señor Leopardo, majestuoso y solitario. Sólo
vimos uno, pero vaya nuestra suerte: nuestro guía nos aseguró que
hacía dos años que no había visto uno (¡y va a Etosha casi cada
semana!).
El señor Elefante, majestuoso paquidermo |
Un poco más delgado que su primo el
Leopardo, y sin duda más rápido (dicen que alcanza los 110km/h)
estaba el señor Guepardo (uno descubra con asombro que su nombre en
inglés en Chittah). A este le vimos tan to en libertad como en
cautiverio, gracias a la labor de la AfriCat Foundation que recoge
guepardos de granjas privadas, los cura, rehabilita y luego libera en
algún parque como el de Etosha. Mientras, los turistas que quieren
garantizarse ver guepardos pueden hacerlo en una de sus reservas
privadas, donde el guía les localiza fácilmente gracias el gps que
le han puesto en el cuello. También cuidan leones, por cierto, y
verles deborar los filetes a la hora de la comida no tiene
desperdicio.
Por allí andaba también el elefante,
en un buen número (docenas de ellos en dos días, quizá). Con su
andar cansino, su ducha diaria en las lagunas y su sentido de la
familia, enternece ver a los pequeños elefantitos chapotear en las
charcas o quejarse cuando mamá elefante les dice que es el momento
de volver a casa.
La elegante señora Girafa |
En ausencia del Búfalo (que al parecer
sólo se deja ver en la temporada de lluvias ya que necesita mucha
agua para sobrevivir), sólo faltaba por avistar al rinoceronte para
tener la lista completa de los “Big 5” o “5 grandes”, que son
el león, el leopardo, el elefante, el búfalo y el dicho
rinoceronte. El Rino, casi prehistórico, impresionante, se acerca
como todos a las lagunas a beber y muestra orgulloso sus dos cuernos
con propiedades tan deseadas que a punto estuvieron de acabar con su
especie.
El prehistórico señor Rinoceronte |
Y junto a todos estos, completando el
casting, el resto de protagonistas: las elegantes jirafas (temerosas
de todo y todos, capaces de esperar a que todos los demás se hayan
ido para acercarse a beber a las charcas, y cuando lo hacen
espatarrarse de tal manera que si, hay un contratiempo, puedan salir
por patas lo más rápidamente posible); las mágicas cebras (que
dieron un nuevo sentido a la expresión paso de cebras cuando nos las
cruzamos en la carretera y cuya piel parece pintada de manera
artificial); las espantosas hienas (a las que El Rey León ha hecho
mucho daño y jamás volverán a ser vistas
con cariño por nadie pero es que, leches, se lo merecen por feas) y
todos los demás antílopes que uno no se cansa de ver: springbooks,
kurus y otro mamíferos que uno desconoce hasta su nombre y que no
había visto jamás.
Etosha, por sí solo, merece una visita
a Namibia. Los safaris (o “game drive” como lo llaman aquí)
merecen tanto la pena que uno podría estar una semana recorriendo el
parque y no repetir en ninguna de las charcas, donde por cierto es
donde casi toda la actividad animal tiene lugar.
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Simba, el Rey León |
Inolvidable, por cierto, los
“waterholes” de los camping. ¿De qué se trata? Pues ni más ni
menos que una charca artificial construida
justo en el límite entre los campings y el parque, acondicionado con
sillas y una potente luz para que uno pueda sentirse como en el cine
viendo en directo un documental sobre animales salvajes. Aunque,
mejor pensado, lo que uno ve es la auténtica representación en
directo de El Rey León, aunque Simba no se dejara ver jamás por la
noche.
Que pasada!dan ganas de irse de safari ahora mismo!
ResponderEliminar¿No viste a Timón y Pumba bailando flamenco? :)
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